martes, 8 de marzo de 2016

CALLE CABEZAS

Gustio González, Conde de Lara, tenía 7 hijos, todos valientes como su padre. Un sobrino del Conde, Ruy Velázquez, los invitó a todos a su boda que se celebraría en Burgos. Hacia allí partieron Don Gustio, sus hijos, criados, halconeros y soldados, todos montados en briosos caballos, formando una gran comitiva.
La novia, Doña Lambra, presidió un torneo que se celebro pocos días antes de la boda. Ella quería que ganase su primo Alvar, pero no fue así, tuvo que proclamar vencedor de la pelea al menor de los Lara. Ahí nació su odio hacia los infantes que logró transmitir a su esposo Ruy.
Ruy, urgió a Don Gustio a marchar a Córdoba en secreto para entregar unos importantes documentos muy reservados de la corte de Castilla al moro Almanzor.
El Conde, deseando cumplir con presteza su misión, a los 7 días ya estaba en Córdoba y ante Almanzor, cuando este terminó de leer los documentos estalló en ira. Don Gustio le había presentado su propia sentencia de muerte.
Almanzor hubiera querido librarle de la traición, pero no podía, así que lo encerró en la última torre del Alcázar mientras esperaba noticias de Castilla.
Mientras estaba prisionero, sin poderse comunicar con sus hijos para que tomasen venganza, el noble se lamentaba y maldecía la infamia de Ruy Velázquez.
En Burgos Ruy achacaba a Almanzor lo sucedido y les prometia que lo buscaria donde estuviese.
Tal era su fingimiento, que puso en marcha a miles de infantes y jinetes, al frente de los cuales se puso el mismo con los 7 de Lara.
Ya en la sierra de Córdoba, con el pretexto de reunir mas gente en Castilla, dejo a los 7 infantes de Lara encargados de la defensa del castillo
Apenas dejo a los Lara, mando aviso a Almanzor, acusándolos de invadir su castillo. El general árabe mando inmediatamente un gran ejército contra ellos, la lucha fue cruel durante tres días, tres de los hermanos murieron durante la pelea, y los otros cuatro fueron hechos prisioneros. A todos, vivos y muertos, les cortaron la cabeza llevándolas clavadas en picas hasta Córdoba.
Desde su prisión Don Gustio oía los gritos de los moros celebrando por las calles su gran victoria. Desde lo alto de la torre, le dejaron al noble ver la celebración. Y vio Don Gustio a sus generales vencidos y su bandera cautiva, Y al paso de la comitiva, ve con horror que las cabezas que llevan en las picas y que le muestran con escarnio, son las cabezas de sus 7 hijos
Compadecido del gran dolor de Don Gustio, y porque sabía que había sido traicionado, Almanzor lo liberó y lo dejó marchar a Castilla, donde se casó con una hermana de Almanzor y tuvieron un hijo llamado Mudarra. Fue este un gran caballero que vengó a su padre dando muerte a Ruy Velázquez y a su esposa Doña Alambra.


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