martes, 1 de marzo de 2016

EL ALCÁZAR DE LOS REYES CRISTIANOS




Córdoba surgió alrededor del Alcázar, llamado en tiempos antiguos “Balat Ludriq” (Palacio de Rodrigo). Recibió este nombre debido a que Rodrigo tenía este Alcázar como residencia cada vez que visitaba Córdoba. No se sabe quién construyó este maravilloso Palacio, pero lo que cuentan los ayam/s (cristianos o bárbaros) es que uno de los reyes que antiguamente vivía en el castillo de al-Mudawwar (Almodóvar), fue quien lo construyó.

 “Un día, yendo el rey de caza, llegó a un lugar a donde más tarde fue construida Córdoba, que en aquel entonces era un desierto o ruina (jarab’); el Sitio ocupado por el alcázar estaba cubierto por impenetrable maleza. Cerca de este lugar el rey soltó su halcón favorito, el cual se elevó al campo que más tarde llamó kudyat Abu Ubadat (Monte o peña de Abu Ubaydat); pasándolo y descendiendo en la espesura, el halcón voló en busca de una perdiz. Siguió el rey hasta perderlo de vista pero no viéndolo aparecer y temiendo se hubiera enredado entre las ramas y se hallase en la imposibilidad de moverse, el rey ordenó cortar la maleza. Mientras su gente se encargaba de cortar la maleza fue descubierta la cúspide de un magnífico edificio de asombrosa estructura, construido con grandes bloques de piedra unidos entre si con plomo fundido. El rey, añade Ibn Baskuwal, que era un hombre inteligente y emprendedor, ordenó inmediatamente que se excavara alrededor y el edificio fue rápidamente descubierto en toda su extensión. Continuando su trabajo, los obreros llegaron a los cimientos, los cuales se encontraban sumergidos en agua sobre un lecho de pequeñas piedrecitas, puestas allí por un antiguo procedimiento. Cuando el rey vio esto, dijo: "No hay duda que esta obra es de algún famoso monarca y debo reconstruirlo."
“Ordenó que este edificio fuese reintegrado a su estado primitivo; hízolo habitable y desde entonces lo visitó a menudo como cualquiera de sus castillos reales. Cada vez que hacía una excursión por su kura o pasaba cerca de él alguna expedición militar, residía en él durante algún tiempo. Esto indujo a muchos de sus súbditos a establecerse en la vecindad y así, poco a poco, se construyó la ciudad de Córdoba, quedando el alcázar en su centro, el cual, desde entonces, fue morada de los reyes que se sucedieron. Acampó en él Ludriq cuando marchó a su encuentro con los árabes en Shiduna..."


                       

Y así, mis queridos amigos es como cuentan las lenguas que surgió esta ciudad llena de encantos y misterios aún sin resolver.

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