martes, 8 de marzo de 2016

TORRE MALMUERTA

La Torre de la Malmuerta es una torre albarrana situada en el barrio de Santa Marina de Córdoba, (España). Fue construida a principios del siglo XV y tardó cuatro años en edificarse.
Se comenzó a edificar En 1404 , terminándose en 1408, y se construyó sobre los restos de una torre musulmana. Su misión consistía en defender las puertas del Rincón y del Colodro. Su construcción fue encargada por el rey Enrique III de Castilla al primer corregidor de la ciudad de Córdoba.

                                             

La leyenda de la torre de la Malmuerta, también conocida como leyenda de los comendadores de Córdoba, está basada en un hecho histórico ocurrido en 1448 en la ciudad de Córdoba. El protagonista fue Fernando Alfonso de Córdoba, caballero Veinticuatro de la ciudad, quién asesinó a su esposa, Beatriz de Hinestrosa, y a Jorge de Córdoba y Solier, comendador de Cabeza del Buey, que la había seducido. Además asesinó a Fernando Alfonso de Córdoba y Solier, hermano del anterior y comendador de Moral, siendo ambos hermanos caballeros de la Orden de Calatrava y primos del asesino. La venganza de Fernando Alfonso también alcanzó a otros individuos, entre otros a varios criados y familiares suyos.
No obstante lo anterior, la leyenda de la torre de la Malmuerta señala, sin fundamento alguno, que Fernando Alfonso de Córdoba mató a su esposa, creyéndola adúltera sin fundamento alguno, por lo que, arrepentido, solicitó perdón al rey Juan II de Castilla , quien según la leyenda le ordenó construir una torre en Córdoba como expiación por su crimen, llamándose desde entonces dicha torre la Mal-muerta. No obstante, la torre de la Malmuerta fue construida en realidad entre 1404 y 1408, durante el reinado de Enrique III de Castilla. El protagonista de la leyenda, Fernando Alfonso de Córdoba, falleció en la ciudad de Córdoba en 1478 y fue sepultado en la capilla de San Antonio Abad de la Mezquita-Catedral de Córdoba. En ella descansan también los restos mortales de su segunda esposa, Constanza de Baeza y Haro.3
Otra leyenda, independiente de la anterior, afirmaba que si un jinete, pasando bajo el arco de la torre al galope fuera capaz de leer toda la inscripción, en ese preciso instante la torre se derrumbaría y de sus entrañas saldría un fabuloso tesoro que sería propiedad del afortunado lector.


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